Después de todo lo que se ha filtrado, está claro que el último ataque con misiles iraníes no fue una broma. Estaba dirigido e incluso impactó -como advertencia final- muy cerca de las instalaciones nucleares de Israel en el Mar Muerto. Los censores israelíes se apresuraron a tapar cualquier posible filtración sobre este casi desastre, dejando a todo el mundo rascándose la cabeza sobre cuánto daño se hizo realmente.