Es un hecho que nunca estuvimos preparados para enfrentar la Pandemia. El modelo económico de mercado heredado de la dictadura cívico-militar, perfeccionado y administrado alegremente por la Concertación y la Alianza, nunca tuvo en sus prioridades buscar alternativas que hicieran posible un modelo compatible con las necesidades de la población, menos aún de sus aspiraciones.