La participación brasileña en la construcción del nuevo puerto de Mariel y en la instalación de lo que los cubanos llaman “zona económica especial”, pero que en realidad pretende ser una zona franca, ha sido decisiva. Fueron destinados 1100 millones de dólares, y ya se sabe que habrá más aportes de alto volumen para que se instalen industria y empresas brasileñas en el complejo de Mariel.