Carta a Warnken: “Suelta el palo, Cristián, no abandones el barco”
Suelta el palo, Cristian, no abandones el barco. Te necesitamos. Cuídate de ti mismo, que no se convierta en obsesión, no hay tal Tsunami. Te prometo una cosa: estaré pendiente, si algo así aparece al horizonte, uniré mis mucho más limitados medios que los tuyos, a la alerta.