¿Saqueadores? ¿Quiénes fueron? ¿No lo sabe? ¡Los tiene en pantalla!
Pocos sabían el cuadro completo, y todavía no se sabe cabalmente. Quedan piezas por encontrar en el rompecabezas. Creemos saber, o decimos que “sabemos” cuando dejamos que los prejuicios hagan el trabajo de la razón, el análisis o el dato duro. Privatizaron empresas y ganaron mucha plata, sí pero, ¿quiénes? ¿Quiénes eran los abogados, los operadores financieros, los funcionarios que tenían información privilegiada y la usaron? La prensa de la época dice tanto como oculta. Para saber te tienes que meter en los archivos burocráticos, en la SVS, en el Conservador de Bienes Raíces y desentrañar una maraña de escrituras sociales, cruces de propiedad, etc.
La Unión Demócrata Independiente: la banalidad del abuso
En la democracia de “opereta” a la cual hemos llegado, los ricos nunca cometen delitos, sólo “errores”, y jamás van a la cárcel por muy grave que sea el delito –perdón, el error – que hayan cometido. Robar no es malo, lo que sí es una gran estupidez es el ser descubierto. Los millonarios están seguros de que no serán fiscalizados por la Superintendencia respectiva, por lo demás, es seguro que quien ostenta este cargo político, al cesar su función pasará a engrosar las filas de alguna de las empresas.
El coronel y los visitadores
No hay caso: la UDI no se puede despegar de su devoción por la dictadura, pues apenas llegado el ex coronel Cristián Labbé al regimiento de telecomunicaciones, en Peñalolén, la directiva de ese partido, presidida por Ernesto Silva, se apersonó en el lugar para testimoniarle su solidaridad – que sería comprensible -, sino también para criticar a la justicia sosteniendo, nada menos, que en Chile no había igualdad ante la ley, pues se perseguía, injustamente, a los militares violadores de los derechos humanos.