En el caso de las recientes canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II, se han reconocido como ejemplares dos modelos contradictorios de papa, de papado y de Iglesia: el reformador y el contra-reformador; el del diálogo y el de la condena; el del respeto al pluralismo y al pensamiento crítico y el de la imposición del pensamiento único y de la condena de la disidencia.