Fracasado un nuevo intento de golpe de Estado en Venezuela, el Gobierno de Estados Unidos comienza a pensar en una nueva etapa de aislamiento contra el país suramericano. Por un lado, amenaza a Cuba con un embargo «absoluto» si mantiene su apoyo al Gobierno venezolano, por el otro presiona al Gobierno de Malta para que prohíba a Rusia usar su territorio para llegar al país suramericano y aplica sanciones contra barcos que transportan petróleo venezolano para ahogar la economía del país.