La Asamblea Constituyente se nos presenta como una gran oportunidad de brindarnos la única y real posibilidad de transformar este modelo de desarrollo social, político y económico que nos presiona y agobia cada día, cada mes, cada año. Quien no sienta esto, quien no crea esto, definitivamente está al otro lado de la vereda y le respetamos su derecho a estarlo. Pero dejen a la mayoría, ejercer su derecho de construir otro destino posible. Tal como un grupo de estudiantes señalaba en una toma: “los cambios no se hacen en la Moneda, sino en las grandes Alamedas”.