Gobiernos inconscientes e irresponsables
Discutir la crisis económico-financiera sin incluir las demás crisis -la del calentamiento global, la alimentaria, la energética y la humanitaria-, es mentir a los pueblos sobre la situación real de la Humanidad. Temo que dentro de unos años, nuestros hijos y nietos, mirando hacia nuestro tiempo, tengan motivos para maldecirnos y despreciarnos por no haber hecho lo que debíamos hacer. Conocíamos los riesgos y preferimos salvar el dinero y garantizar los bonus, cuando deberíamos haber salvado el Titanic que se hundía.
La línea de color del siglo XXI
La obra clásica de W.E.B. Du Bois de 1903 “Las almas de la gente negra” comienza con “El problema del Siglo Veinte es el problema de la línea de color”. Du Bois ayudó a conformar la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), que acaba de celebrar su centenario.
Henry Louis Gates Jr., que dirige el Instituto W.E.B. Du Bois para Estudios Africanos y Afroestadounidenses de la Universidad de Harvard, sabe mucho acerca de la línea de color, no sólo por el trabajo que realizó durante toda su vida, sino por su experiencia de vida, que incluye la experiencia que vivió la semana pasada, cuando fue arrestado en su propia casa.
Honduras: El miedo a una palabra de dos letras
En un pueblo hambriento (hace pocos días una campesina, como no había dinero para comprar maíz, para fabricar tortillas, echó mano del que ya estaba «curado» para la siembra; resultado: tres hijos en el hospital y el de cinco años, en el cementerio), en donde el abismo entre ricos y pobres cada vez se hace más profundo y que, por lo mismo, no es cuestión de borrarlo con abrazos de paz y de reconciliación de la «familia hondureña», según cantan los defensores del golpe, la cuarta urna era una opción para intentar cambios positivos. Nunca, al pueblo llano (ese que es marginal y vive en los bordos y en los barrancos de la miseria), se le había dado la oportunidad real de expresar su sentir.
Un Premio Nobel para Mrs. Clinton
El interminable documento leído ayer por el Nobel Oscar Arias es mucho peor que los 7 puntos del acta de rendición que había propuesto el 18 de julio.
No se comunicaba con la opinión internacional a través de una clave Morse. Hablaba delante de las cámaras de televisión que transmitían su imagen y todos los detalles del rostro humano, que suele tener tantas variables como las huellas digitales de una persona. Cualquier intención mentirosa se puede descubrir con facilidad. Yo lo observaba cuidadosamente.
Maldito Mercado
El régimen político poco importa a los neoliberales, pues lo único que les interesa es que garantice el desarrollo del mercado y no intervenga en él. Si bien Hayek, como sostiene Vergara, se opuso al nazismo no porque fuera autoritario, sino porque era intervensionista en economía. Los neoliberales no tuvieron ningún problema en apoyar la dictadura de Pinochet, a pesar de atropellar los derechos humanos, pues dejaba al mercado actuar libremente y con su venia.
«El pueblo de Honduras es quien dirá la última palabra»
[Habla Daniel Ortega:] “Los yanquis corrieron a buscar al presidente Oscar Arias, ¡porque ya lo conocen!, para buscar cómo ganar tiempo, para que los golpistas comiencen a hacer demandas que son inaceptables. ¿Desde cuándo un golpista va a negociar con la persona a la que le está arrebatando sus derechos constitucionales? Esos derechos no pueden ser negociados, simplemente hay que restituir al presidente Manuel Zelaya, tal como lo dijeron los acuerdos del ALBA, del Grupo de Río, del SICA, de la OEA y de las Naciones Unidas.
“En nuestros países queremos soluciones pacíficas. La batalla que está librando el pueblo de Honduras en este momento es una batalla pacífica, para evitar más dolor del que ya se ha producido en Honduras”, concluyó textualmente Daniel.
Honduras: La tela de araña.
Ya no quedan dudas. El golpe no es producto del delirio de un personaje de cartón piedra como Micheletti, ni del desvarío de un general procesado hace años –cuando tenía el grado de mayor- como miembro de una banda dedicada al tráfico de coches robados.
Pero ya todos podemos verlos. Han sido muy torpes y cada día dejan nuevos indicios de su responsabilidad. Son los representantes de los intereses económicos afectados por medidas “revolucionarias” de Zelaya como poner un sueldo mínimo acorde con las necesidades de subsistencia de los sectores más empobrecidos del país. Son los componentes del bloque continental que intenta frenar –por las buenas o por las malas – los diferentes intentos de cambios y transformación que impulsan gobiernos y pueblos de América Latina.
Quedar en la calle
Las guerras, las pestes, la destrucción medioambiental que diezman fuerzas productivas (recursos naturales, humanos y materiales), no le son ajenas al capitalismo, sino que han acompañado y acompañan hoy mismo su supervivencia. Sobreproducción de valores de cambio y subproducción de valores de uso no sólo pueden convivir sino además complementarse en su ensañamiento. También las crisis políticas despabiladas a la sombra, no exentas de criminalidad en casos extremos como el nazismo, el fascismo, los terrorismos de estado, las teocracias y fundamentalismos, entre tantas otras negaciones de la modernidad política.
Honduras: Búsqueda de una Alianza o Frente Amplio Político de todas las fuerzas progresistas
Escenarios para el retorno a la democracia acrecentando la participación y estructurando una nueva formación política amplia
Hay que insistir y lograr que Manuel Zelaya retorne para que se respete el orden legal, se haga justicia, cese la persecución y la represión; y para que se acabe la impunidad en el país. Manuel Zelaya debe regresar para garantizar la gobernabilidad del país. Pero esto es solamente el principio, porque el regreso de Manuel Zelaya marca el reencuentro de Mel con una nueva Honduras que reclama cambios profundos en el sistema político para democratizar la participación política alternativa y dar fin bipartidismo conservador liberal – nacionalista.
Democracia, tutelaje religioso y Estado laico
Entrado el siglo XXI y después de casi 20 años del retorno a esta democracia electoral, se requiere como objetivo primordial la consolidación de las libertades individuales, la libertad de conciencia, los derechos fundamentales de todas las personas y la igualdad ante la ley.
Resulta imperioso que el Estado chileno asuma la vanguardia de la secularización y el laicismo como un vía y forma cívica de abordar la creciente diversidad religiosa, moral, filosófica y de intereses de la sociedad en su conjunto, respetando y valorando el derecho de expresión privada y pública de cada cual, e independizando al Estado de la injerencia y poder de toda particularidad, cualquiera que ella sea.