Un daño irreparable
El daño irreparable infligido al Mercosur, que hasta hace un año parecía en condiciones de expandirse incluyendo a Bolivia y Venezuela, puede ser ahora el punto de partida de otra integración anclada en los hidrocarburos y en sociedades movilizadas. Sin embargo, tampoco es el momento de echar las campanas al vuelo. Hay demasiadas contradicciones sobre la mesa.
Michelle Bachelet y los mapuches
Integración regional: punto de inflexión
El Mercosur está en crisis, la CAN amenaza fragmentarse, el ALBA aún no es una alternativa y la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) no levanta vuelo. El TLC entre Ecuador y Estados Unidos entró en un impasse luego del levantamiento indígena de marzo y el Gasoducto del Sur parece encaminarse hacia su concreción. Vivimos un momento de inflexión en la relación de fuerzas continental, pero no resultan claras las fuerzas motrices de una integración alternativa.
Acerca del nuevo partido político de Kirchner
El Presidente Néstor Kirchner tiene una idea sumamente precisa acerca del futuro de los partidos políticos argentinos. Piensa que en el futuro debería crearse un escenario con dos grandes coaliciones político-partidarias. Una coalición de partidos sería de centro-izquierda, liderada por el kirchnerismo; la otra coalición agruparía a los partidos de centro-derecha. Existirían partidos "bisagra" menores entre ambas coaliciones.
Inmigrantes: las formas perversas del "lucro sin fronteras"
“Para nosotros, bolivianos, como para todos los pueblos de América Latina, lo importante no es hacer un recuento pormenorizado de los derechos humanos violados ni mucho menos, mencionar a los impunes violadores de ellos, sino señalar las causas y los objetivos de una política violatoria de los derechos humanos fundamentales”. (Marcelo Quiroga Santa Cruz, fundador del partido socialista boliviano, asesinado en La Paz por el gobierno militar en julio de 1980.)
Cinco hebras de una madeja
Todo acto nuestro puede, y debiera, tender a convertir esas ideas superiores en las ideas movilizadoras de la gente con la que interactuamos. En este sentido la principal falencia del quehacer político de la izquierda, es que hemos perdido terreno en la lucha de ideas, pues, en esencia, nuestras ideas no se conocen en la amplitud y profundidad en que debieran ser conocidas para ser movilizadoras.