Ojo, a los estudiantes les aplicaron la nueva contrainsurgencia: las tácticas de guerra preventiva

La derecha dejó de lado por un momento su “nuevo linaje de centro derecha” y de una sola vez, sin anestesia, ordenó a través del Ministerio del Interior a las Fuerzas de Orden, que no se permitiera la realización de la marcha convocada por los estudiantes. Una torpeza política mayúscula, justo cuando una encuesta ciudadana le otorga a Piñera y a su gobierno, un bajo nivel de apoyo ciudadano ( también a la Concertación ).

Con esto la prometida nueva forma de gobernar, los constantes llamados a dialogar, la excelencia de la gestión publica, todo eso que prometió Piñera, quedó  en el  recuerdo, como palabras huecas sin capacidad de transformarse en obras reales y concretas. Por el contrario lo que hizo el gobierno fue seguir la lógica de su ADN, de la vieja derecha, utilizando la fuerza cuando se quedó sin capacidad  de propuesta ni dialogo.

Lamentablemente la historia nos esta pasando la cuenta, todo esto que estamos viviendo hoy, es la consecuencia de lo que se hizo mal en el pasado y en particular de la desvalorización de los derechos humanos uno de los principales ejes de la convivencia nacional. Esto tiene su origen como sabemos, en el modelo de negociación con la dictadura militar para originar el proceso de transición a la democracia, relegando los tres temas que fueron las banderas principales de la lucha antidictatorial: el tema de las violaciones de los derechos humanos, el sistema económico y la constitución, un hecho histórico que fue posible porque quienes verdaderamente luchamos en contra de la dictadura, fuimos marginados y no llegamos a la Moneda.

A partir de estas renuncias los acuerdos entre los militares, los representantes de los empresarios y la Concertación definieron tres grandes líneas sobre las cuales debería transitar el del proceso de transición, gobierno democrático tutelado y no tocar la Constitución de 1980, bajarle el perfil a las violaciones a los derechos humanos y continuidad de las políticas económicas neo-liberales. Además de un factor que aun no es totalmente conocido y que la memoria histórica esta sacando a la luz publica, la desnacionalización del cobre: al terminar  la dictadura chile era dueño del 80% del cobre y a fines de 2002 solo teníamos el 28%, saque usted sus conclusiones.

Respecto de los derechos humanos, este no fue un tema central, por el contrario, su tímida mención se orientó por lo que Aylwin definió como “la justicia de lo posible”, con lo cual se le “puso la fianza” a Pinochet ( habrá que recordar que fue el gobierno de Frei quien impidió que fuera juzgado por crímenes de lesa humanidad cuando fue detenido en Inglaterra ) y a la mayoría de los criminales de la dictadura, fortaleciendo con esto la ley de amnistía dictada por el dictador en 1978.

En cuanto al modelo económico, Chile ostenta el título de ser el país con el modelo liberal más radicalizado, concentrando el poder empresarial en pequeños grupos que desde 1976 hasta el 2011 se han convertido en un Estado dentro de otro Estado. Nos tienen viviendo en un modelo que heredamos de la dictadura, un sistema donde las metas del crecimiento económico global son el objetivo primordial relegando a un plano subordinado cualquier política tendiente a mejorar la distribución de la riqueza.

De ahí que los gobiernos de la Concertación solo fueron meros instrumentos de un poder empresarial y financiero, que no acepta el mas mínimo argumento que altere sus groseras ganancias; hablamos de concentración de los medios productivos o monopolios encubiertos en abierta contraposición al desarrollo del país.  Pero el peor legado de estos 30 y tantos años, de modelo neoliberal, es el anquilosamiento instalado en nuestra sociedad, haciéndonos creer que no hay otra forma de gestión económica posible.

Por eso tenemos que repetir mil veces si es necesario, cómo andan las cosas en este país con un presidente que vende al mundo la imagen de la calidad McDonald, “mala pero adictiva”, convencido como lo está la elite que tiene el país en sus bolsillos, que Chile es un ejemplo en economía y libertad. El mismo discurso del Ministro de la época Pinochetista, José Piñera, quien afirmaba que «uno de cada siete chilenos tendrá un automóvil dentro de cinco años…crearemos un millón de ocupaciones…construiremos 900.000 viviendas…en diez años más, superaremos el promedio de ingreso per cápita mundial…habremos transformado a Chile de un país destruido en un país desarrollado»(!!!) (Declaraciones de Pinochet y José Piñera, en El Mercurio, 28 de agosto de 1980).

En esa época y al año siguiente ambos mentirosos estaban mendigando créditos internacionales para paliar la crisis financiera, algo que hoy sus herederos actualizan metiéndonos el cuento que somos un país “adportas” del mundo desarrollado, por lo cual somos miembros de la OCDE. Pero la foto dice algo distinto, nos muestra que en esta economía bullante el 15% más rico de la población se lleva el 80% de los ingresos, que el salario mínimo de los trabajadores chilenos es de 172 mil pesos y que cerca del 75% de los chilenos que trabajan, ganan un promedio o algo superior a los 400 mil pesos mensuales.

Sueldos, sin previsión social, con los cuales debemos pagar una carrera universitaria que en Chile cuesta en promedio 3.400 dólares por año, las mas caras del mundo, incluyendo gastos de transporte, alimentación, vestuario y si queda algo para recreación. Un sistema que, al ser pagado por las familias es mucho más injusto, ya que el acceso a la educación depende del nivel socioeconómico: En Chile las familias financiamos el 85% de la educación superior, y el Estado sólo un 15%, somos el único país en el mundo donde se permite lucrar con fondos públicos, privilegiando la libertad de empresa sobre el derecho a la educación.

Pero el gobierno de Piñera y sus Ministros UDI no quieren ver esta realidad, siguen insistiendo en este modelo y su permanencia, haciendo una férrea defensa ideológica del modelo, a pesar de su fracaso, e insisten en sus bondades contra viento y marea. En síntesis y como lo hemos afirmado en ocasiones anteriores, Piñera, sus Ministros y sus legisladores (as) son proclives y defensores de una ideología funcional a un orden económico y social, que perpetúa la situación de privilegio y el poder de quienes la sostienen.

Falta acotar al menos, el papel que juega en la economía el sistema financiero usurero, creo que la mayoría de los chilenos desconocemos que es con nuestras platas que operan los bancos y las empresas como La Polar, el dinero que mueven no proviene de sus arcas, sino que de las AFPs, es decir, del bolsillo de todos los chilenos. Es bien sencillo las AFPs son las que financian a los bancos y a las empresas comerciales, lo hacen a tasas del 6% de interés y luego los bancos y grandes tiendas prestan esta plata a nosotros mismos a una tasa de 49,9% de interés llegando hasta el 70% anual, es decir que en Chile, al final del recorrido, la plata que a uno le prestan es la propia y encima debemos pagar intereses delincuenciales. En buen chileno algo asqueroso por donde se lo mire.

Por eso es que los estudiantes tienen razón y han logrado remecer nuestras conciencias, para darnos cuenta que este sistema especulador nos esta comiendo la vida y a ellos les esta hipotecando su fututo. El reclamo estudiantil es justo y viable y puede ser gratuito y financiado con recursos del estado.

Para apoyar su propuesta podemos señalar que el 80% de los excedentes del cobre son “captados” por las grandes mineras privadas, principalmente extranjeras que son las más beneficiadas con los actuales precios del cobre. La estimación de estos excedentes operacionales en el año 2006, o ganancias antes de impuestos, de estas mineras privadas, superaron los 25 mil millones de dólares y el promedio anual entre el periodo 2006-2010 supero los 26.700 millones de dólares

Ahora bien, si el precio estimado para este año 2011 es de 415 centavos de dólar la libra, significa que para este año los excedentes operacionales o ganancias estimadas para las mineras privadas, superarán los 34 mil 500 millones de dólares. Entonces  la demanda por una educación pública y  de calidad financiada por el Estado, es justa y absolutamente realista, en correspondencia además a la realidad económica y financiera del país que éste gobierno se encarga  de repetir a cada momento.

Le vamos a recordar a Piñera y a sus super ministros con palabras neoliberales simples, lo que ellos mismos argumentan para elogiar al modelo y hablar de  eficiencia  económica. En el contexto de su modelo tienen razón, Chile hoy es el país más rico de América Latina con un ingreso per cápita que se eleva por sobre los 15 mil dólares anuales. Argentina está en torno a los 13.500 dólares, Brasil en los 10 mil.

Por tanto el Ministro de Hacienda esta en lo correcto, no hay ningún país latinoamericano que supere a Chile en cuanto a la riqueza disponible por persona. Por lo mismo entonces, no es justo que en nuestro país verdaderamente rico, nuestras familias deban pagar cantidades de dinero que no tienen para educar a sus hijos, dejando una estela de endeudamiento y malestar al inicio de la vida laboral de los jóvenes.

Bueno seria que estos señores miraran hacia el lado, para compararse con Argentina, para ver que en ese país vecino los estudiantes pueden acceder al sistema nacional de educación sin pagar aranceles desde 1949; en Brasil, el Estado debe financiar al menos una universidad pública en cada estado, en donde los estudiantes no tienen que pagar matrículas o aranceles; lo mismo ocurre en Perú, Uruguay, México y otros países de la región.

Por todo esto entonces lo sucedido en días pasados, solo se explica en la  lógica de utilizar la fuerza para ejercer la defensa ideológica, de un sistema económico y político del cual la mayoría de los ministros, políticos y el propio presidente son sus principales representantes. Mas allá de la hipocresía del cuento  del orden publico, lo que hizo  este gobierno heredero de Pinochet en democracia, fue sitiar militarmente a los estudiantes, criminalizar y contener por la fuerza la inconformidad y las manifestaciones sociales legitimas.

Las  imágenes que recorrieron el mundo el día Miércoles, nos hicieron recordar tiempos pasados, cuando la represión y la intolerancia era el lenguaje del gobierno militar, quien ejercía el poder a través del terrorismo de estado, usando la persecución ilegítima, el secuestro, la tortura, el asesinato o la ejecución extrajudicial. Con lo que mostraron los carabineros, en cuanto a desplazamientos, avituallamiento y en algunos casos simplemente brutalidad, parece indicar que las fuerzas policiales en vez de avanzar en los métodos propios de una democracia moderna, han involucionado empleando técnicas que dan cuenta de una instrucción destinada a causar terror en la población civil.

Los Carabineros han subido de tono su accionar de manera progresiva, algo que palpamos en la vida diaria con la prepotencia que utilizan cuando nos cursan alguna infracción de transito, con las escuchas e intromisión en la vida privada de las personas, con las acciones de inteligencia y provocación, “prevención” le llaman ellos, en las marchas  y manifestaciones publicas. Las imágenes hablan por si solas, en nada se diferencian de las tácticas militares de Pinochet, encaminadas a “romper la moral del enemigo”, en este caso mediante el uso de gases tóxicos de forma indiscriminada y de un sin número de implementos cuyas características producen daño y sobre todo inseguridad en la población civil.

Ni hablar del lenguaje con el cual los ministros así como la jefatura civil y militar de estas operaciones desmedidas enmascaran las acciones, con toda la prensa a su disposición, relativizándolas y argumentando que se trata de daños colaterales, de ataques realizados contra objetivos que alteran el orden publico.  Detrás de estas palabras aparentemente tranquilas, lo que vimos fueron acciones enmarcadas en la “acción táctica preventiva militar”, desplegando fuerzas en numero y en capacidad de armamento desmedidas para enfrentar a estudiantes y por la noche, a ciudadanos desarmados quienes reclamaban su derecho  de expresarse en democracia.

Así entonces la planificación de la  acción policial no fue moderada y la planificación militar del Ministerio del interior, fue una «interpretación abusiva» de la legítima defensa del orden y del gobierno, pretendiendo de manera progresiva disponer de más libertad jurídica para poder reaccionar rápida o anticipadamente a hechos futuros que estan en su imaginario mas que en la realidad. En el marco de esta ola represiva la Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejos, recibió amenazas, fue violentada su privacidad, siendo atacada verbalmente por una funcionaria de gobierno, descalificándola, al estilo  del tristemente recordado Almirante Merino,  cuando calificaba a las/los militantes de izquierda como “humanoides”.

En resumen, el Ministerio del Interior lo que hizo fue aplicar medidas de guerra preventiva, la visión modernizada de la Contrainsurgencia. Bajo estos predicamentos Carabineros actuó siguiendo órdenes políticas con el objetivo de “prevenir“ la acción de supuestos “desadaptados” que realizarían acciones violentas. Esto  es grave y debe significar un llamado de alerta a las fuerzas democráticas, porque quienes tienen una visión política militarizada como lo es la UDI, van probando, tanteando las reacciones, justificando graves acciones que paulatinamente se transforman en violaciones a los derechos humanos.

Tenemos que fortalecer el avance de los estudiantes cada uno con lo que pueda hacer, a cada uno le corresponde un lugar en esta pelea que es por Chile y su futuro y tal como lo señaló recientemente el diputado Sergio Aguiló, de manera transparente y muy certera, lo que corresponde a los políticos actuales, es reconocer que fueron incapaces de ponerse al lado del pueblo trabajador en los últimos 20 años y de resolver  los problemas que hoy nos saltan a la cara a todos lo chilenos. Ellos deben ser el vehículo para un proyecto de ley que proponga una reforma constitucional a este respecto, incluyendo convocar un plebiscito vinculante a petición ciudadana.

Aun tenemos patria ciudadanos, ¿para atrás?, ¡ni para tomar impulso!.

-El autor, Dr. Enrique Villanueva Molina, es académico y Vicepresidente Centro  de Estudios Exonerados Fuerza Aérea 1973 CEEFA_73