El problema es que la lógica del poder oculto se está comiendo a nuestra República y nuestra Democracia. Y la única manera de cambiar la cosa, es haciendo conciencia de este caos y su lógica, para apelar a las nuevas generaciones que vivirán en el futuro en este país, las que me imagino que querrán vivir bien y no en un sistema decadente de esos que ya no tiene arreglo.