La masacre perpetrada por Israel el viernes 30 de marzo contra los palestinos de la franja de Gaza confirma la confianza del Estado sionista en que cualquier crimen que cometa quedará impune. Cien francotiradores israelíes dispararon sin cesar contra una marcha pacífica en el marco de un operativo preparado con semanas de antelación. Esto, sin contar las cargas de artillería y el vuelo de un dron que repartía granadas lacrimógenas. Dieciocho palestinos muertos y cerca de 3 mil heridos fue el saldo macabro del viernes santo cristiano y el inicio de la Pascua judía.