Los fraudes, la colusión, los abusos, las estafas actuales, el incumplimiento de promesas, la contravención de los acuerdos democráticamente alcanzados, la destrucción de nuestro medio ambiente, el financiamiento de las candidaturas por parte de las grandes empresas, la privatización de nuestros recursos naturales y monopólicos como el agua potable, el mar, el cobre, litio, red ferroviaria del norte, trenes de carga, carreteras, puertos, AFP, la concentración de los medios de comunicación, del sistema financiero, la despreocupación por la situación de los pueblos aborígenes, etc. han determinado que Chile sea uno de los países más centralista y más desiguales del mundo.