Los servicios de salud en Brasil presentan un cuadro crítico, por ello el gobierno de Dilma Russef solicitó ayuda a la Organización Panamericana de Salud (OPS), la que medió para la venida de profesionales de la salud cubanos a Brasil. Los médicos cubanos, trabajan en pueblos y zonas que nunca tuvieron atención médica. Su salida podría crear un escenario desastroso para al menos 3.243 municipios, es decir, para 29 millones de brasileros. Al día de hoy «De los 5.570 municipios del país, 3.228 (79,5%) sólo tienen médico por el programa y el 90% de las atenciones de la población indígena son hechos por profesionales de Cuba».