La oposición -en su mayoría una clase media racista tanto en Bolivia como fuera de ella- repite con ignorante convicción que en Bolivia se vive bajo una dictadura. Se trata de una oposición que sin embargo dispone de una absoluta impunidad mediática y que puede votar libremente en una elección nacional. El pasado 23 de octubre, Carlos Mesa también se sumó a esa retórica de una supuesta dictadura en Bolivia haciendo un llamado a la comunidad internacional para que eviten que Evo Morales «convierta al país en una dictadura”.