El anticipado inicio de la carrera presidencial pone fin, en la práctica, al gobierno del presidente Piñera. En adelante tendrá que dedicarse solo a administrar los bienes del Estado tomando cuidado de no estorbar los movimientos de los pre candidatos de su sector. Su tarea más importante será continuar tejiendo la telaraña para comprometer a los partidos de centroizquierda en un nuevo contrato político para remendar la institucionalidad en crisis.