Hay una percepción generalizada e interesada de que la migración se puede frenar. Pero cada euro que se invierte en dificultar un movimiento inevitable provoca consecuencias indeseables. La Europa Fortaleza no solo es un negocio colosal para las empresas, instituciones e ideólogos que conforman la industria del control migratorio, sino que sustenta a los grupos criminales que trafican con migrantes, cuyo negocio se incrementa a la misma velocidad que crece la inversión en el blindaje fronterizo. Son dos caras de una misma realidad que se retroalimentan.