Los indígenas dicen que no están protestando, están protegiendo. Protegiendo el agua, la sobrevivencia (“¡Los niños no pueden beber petróleo!”) y su cosmovisión que nombra ciertos puntos del río y de la tierra como lugares sagrados y sitios para la conservación de sus ritos y costumbres. Ya varios de estos lugares han sido destrozados por los excavadoras de la empresa, Energy Transfer Partners.