La historia no conoce otra “dictadura” tan particular como la de Venezuela. La oposición cuenta con más de una decena de partidos legales, posee numerosos medios de comunicación escritos y audiovisuales, controla la Asamblea Nacional, convoca a manifestaciones públicas cuando le da la gana, recibe cuantioso financiamiento extranjero y goza del derecho constitucional -que no ejerce- de revocar el mandato presidencial mediante un plebiscito. Los dirigentes más radicales de la oposición proclaman a través de la cadena CNN y demás medios internacionales la necesidad de derribar la “dictadura” por cualquier medio, incluso una invasión de los marines.