Lo más amargo y dramático de los polémicos dichos del ministro Varela –¿Por qué no hacen un Bingo?– y tantos otros, no es la desafortunada frase enarbolada, sino su contexto: la manifestación sincera de una parte del entorno que sustenta al actual Gobierno, que sigue creyendo, como en el pasado lo hacia el bisabuelo de Eliodoro Matte, que “los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio”.