Seguramente el proceso, como todo fenómeno histórico, será lento y gradual, aunque permanente. Mi impresión es que la colectividad clave para entender el siglo XX chileno y nuestra peculiar transición, va camino de su inexorable extinción, que la llevará a transformarse o en otro partido radical o a fusionarse con otras fuerzas políticas progresistas para proponer un nuevo ideario social. A pesar de que sus militantes me replicarán y dirán todo lo contrario, creo que asistimos al comienzo del fin de una de las organizaciones políticas más relevantes de nuestra última centuria