Dicen trabajar por un capitalismo más equitativo, quienes desde sus responsabilidades políticas están contribuyendo a que la desigualdad haya alcanzado las mayores cotas de la historia reciente. Y han trabajado, por llamar de alguna manera a lo que hacen, rodeados de lujo y de comodidades que sólo están al alcance de unos pocos privilegiados. Eso sí, protegidos por miles de policías y militares de la justificada indignación de los manifestantes.