Mariano… ¡deja de incordiar! De ahora en adelante, merced al «acuerdo» constitucional, conviene dar muestras de mansedumbre, de docilidad y de sumisión. Los amos son ‘buenos’, hay que ser agradecido…
No grite demasiado ni diga groserías o insultos a la autoridad. Compórtese de manera civilizada.
Porque a usted, dese cuenta, lo han tratado durante muchos años (por no decir su vida entera) de manera muy civilizada. Así que devuelva la mano de igual modo.
Sea un caballero.