La privatización y comercialización de nuestra vida social
Nuestras vidas quedan cada vez más condicionadas a la generación y circulación de sentidos y contenidos a través de plataformas digitales privadas. Es un hecho, una evidencia, que tras estos aparentes escenarios públicos hay grandes corporaciones con estrategias de negocios en plena expansión. Las redes sociales falsamente neutrales que se levantan como un nuevo espacio público, como si fueran un parque, el ágora, la plaza, se asimilan más a un gran centro comercial, a un mall, acaso a un gran estadio, cuya finalidad original y última es hacer negocios.
Zygmunt Bauman: posmodernidad, vida líquida, amor líquido
Nuestro mundo avanza a un ritmo vertiginoso, pero sin rumbo, cambia compulsivamente, pero sin consistencia. No hay tiempo para que las cosas echen raíces. La precariedad es el signo –y el sino- de nuestro tiempo. Siempre hay que estar empezando y terminando. Pareciera que el imperativo categórico fuera estar poniéndose al día constantemente. Las cosas se adquieren y se desechen con una celeridad compulsiva.