La guerra declarada por el Estado chileno, racista y colonial, suma nuevas víctimas: asesinados y heridxs, incluidos menores de edad. Esta arremetida no es más que la continuidad del actuar criminal de los Estados chileno y argentino aplicada durante el siglo XIX con la llamada “Pacificación de la Araucanía” y la “Conquista del Desierto”, política genocida que han mantenido bajo diferentes formas e intensidades hasta nuestros días.