Si bien a estas alturas ya nada sorprende, que el gobierno sea quien tome ahora la iniciativa para que se apruebe el TPP-11 ya es una falta de respeto a la inteligencia de las chilenas y los chilenos. Como dice la canción, que el mundo de la política fue y será una porquería, ya lo sé, pero que a lo que hemos llegado es un despliegue de mediocridad insolente, ya no hay quien lo niegue.