Fue el reverendo Martin Luther King, promotor de la no violencia en el movimiento democratizador que encabezaba, quien declaró en 1967 en su famoso discurso antimperial contra la guerra en Vietnam que ya no podría abordar la violencia de los pobres dentro de Estados Unidos sin primero hablar claramente ante el proveedor más grande de violencia en el mundo hoy día: mi propio gobierno.