Sultana Khaya se ha convertido en un dolor de cabeza para el ocupante marroquí que teme la aparición de más mujeres valientes que griten la independencia del pueblo saharaui y que alcen la bandera saharaui en lo alto de sus vigiladas casas. Es un nuevo frente que incómoda a los marroquíes y no hay otra que convivir con las voces de estas mujeres que prefieren morir antes de ser pisoteadas por el régimen dictatorial y sanguinario marroquí.