El método del régimen marroquí de sobornar a los eurodiputados con el dinero que gana con el comercio de hachís tiene como objetivo empujar al «viejo continente» a respaldar su ocupación ilegal del Sáhara Occidental y comprar su silencio sobre la grave situación de los derechos humanos en Marruecos y en los territorios saharauis ocupados.