El temor de la burguesía brasileña y sus jefes en el corazón del imperio es muy grande, porque la pertinaz recesión económica y la crisis de legitimidad que arrastra a toda la clase política, al empresariado, a los gobiernos estaduales y locales es de tal magnitud […] que las fórmulas tradicionales difícilmente podrían ser exitosos frente a una amenaza de la magnitud que tiene la que se yergue en la vereda de enfrente. Molecularmente se está constituyendo en Brasil lo que Lenin denominara una “situación revolucionaria”: los de arriba ya no pueden seguir dominando como antes y los de abajo (por lo menos un sector importante de ellos) no quieren seguir siendo dominados.