He sido compañero de redacciones y amigo de muchos de ustedes, Leuco, Majul, Rossi, Lanata y muchos más, y hoy, a minutos del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quiero manifestarles mi más profundo y sincero desprecio por vuestro miserable comportamiento periodístico de los últimos años, sembrando odio y resentimiento, fabricando mentiras, inventando patrañas y azuzando a una sociedad que sólo necesitaba –y necesita– paz, democracia y serenidad.