En la marcha por el aborto libre, organizada por grupos feministas, un grupo de fanáticos de ultraderecha, cobardemente cubiertos en sus capuchas, arremetieron contra las manifestantes, que hacían uso de su derecho de petición. Estos “terroristas” previamente pintaron de rojo las calles adyacentes a la manifestación, incluso exhibían fetos de animales para hacerlos aparecer como humanos y, como si no les bastara, hirieron con arma blanca a tres mujeres y a un carabinero.