Se ha revelado que una de las armas biológicas desarrolladas en Ucrania afectaría el sistema reproductivo y la inmunidad de determinados grupos étnicos, mediante enfermedades: genocidio sin necesidad de recurrir a las guerras. Un “arma étnica” contra determinada población eslava. Además, proyectos secretos de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania investigaban la “transmisión de enfermedades de animales a humanos”, de forma similar a lo que se supone causó el COVID-19.