En 2003, un artículo de United Press International informaba que un agente de al-Qaeda “(no descarta) utilizar gas sarín y envenenar el agua potable de Estados Unidos y ciudades de Occidente”. El ataque contra el suministro de agua que los terroristas no lograron realizar, lo realizó con éxito el estado de Michigan. Los hogares y oficinas de la ciudad de Flint han estado abastecidos con agua contaminada con plomo desde 2014, lo que ha provocado enfermedades generalizadas y posible daño cerebral permanente a los habitantes más jóvenes.