¿Por qué en Chile hay revolución?
Las ideas de la revolución francesa han cuajado en Chile 230 años después.
Un viejo orden está cayendo, mientras el nuevo busca su forma. Ya no hay vuelta atrás pues el cambio ya está instalado en la subjetividad colectiva, no se parece a nada ocurrido antes, es una revolución con su propia indiología podríamos decir. Es una apuesta que supera lo político, lo cognitivo, lo emocional, y apunta incluso a lo espiritual. Es el gen indio, que esperaba su momento para manifestarse, el que está instalado en el 90% del chileno, asúmaselo o no. Y es este gen el que se ha apropiado de las ideas de la ilustración, y las ha ampliado, y cargado de nuevos sentidos.
Es el que predomina en las calles, usando los medios de batalla ancestrales, piedras y palos. Que no matan pero sirven más para arrojar la furia, para arrojársela al enemigo. Hasta en este accionar se ve el sello ético de esta revolución.
La Revolución Francesa en Chile
Fíjense que esto es igualito a la revolución francesa. ¿Por qué? Pues porque allá tampoco hubo dirigentes, el pueblo se sublevó solo. Los dirigentes aparecieron después, montones de dirigentes. Es que nunca faltan, en Chile suelen ser advenedizos, pero también puede haber algunos serios. En Francia estuvieron Danton, Robespierre, Marat, Voltaire y otros. Pero cuidado con los candidatos a dirigentes, que los franceses murieron todos sin cabeza.
El árbol de la libertad de Locquenolé
Algunas almas tristes se empeñan en empañar la memoria de la Revolución Francesa y, durante siglos, han vaciado sus odios y sus rencores en las figuras señeras de Robespierre, Saint-Just, Marat y otros revolucionarios. Lo cierto es que la República, o sea el rechazo al Antiguo Régimen que consagraba los privilegios de casta de la nobleza y el clero, caló muy hondo en el pueblo francés.
Abogado elabora proyecto de nueva Constitución abierto a la ciudadanía
Durante los últimos tres años, el profesor emérito de derecho político y constitucional, Jorge Mario Quinzio, ha elaborado el proyecto «Constitución política para la República de Chile en el siglo XXI», propuesta abierta a la comunidad para su discusión y perfeccionamiento. Para el académico de reconocida trayectoria, Chile nunca ha tenido una Constitución verdaderamente democrática y, de seguir rigiéndonos por la Carta Magna concebida en dictadura, «en nuestra patria continuará aumentando la inseguridad social, la delincuencia, el descontento y la infelicidad del pueblo».