Declararle la guerra al “terrorismo internacional” es una idiotez. Los políticos que lo hagan son o bien tontos o cínicos, y probablemente sean ambas cosas. El terrorismo es un arma. Como un cañón. Nos reiríamos de alguien que declarase una guerra contra “la artillería internacional”. Un cañón pertenece a un ejército y sirve a los fines de ese ejército. El cañón de un bando dispara contra el cañón del bando contrario. El terrorismo es un método operativo. Lo usan a menudo los pueblos oprimidos, incluida la Resistencia francesa contra los nazis durante la II Guerra Mundial. Nos reiríamos de alguien que declarase una guerra contra “la resistencia internacional”.