Linera caracteriza a la derecha de esta nueva oleada. «Es una derecha cada vez más radicalizada. En la década de 1980, 1990, 2000, no había porqué ser radical porque no había disputa de la narrativa y si las había eran minoritarias, había unidad de pensamiento, eso se rompió, no hay un horizonte compartido entre las elites políticas conservadoras»