Como «Don Otto» administra el engaño: «El refinado arte de gobernar después de mentir»
18 de diciembre de 2025
No alcanzó a amanecer el día siguiente y ya no se hablaba de cumplir, sino de moderar. No de ejecutar, sino de explicar. No de gobernar, sino de bajar expectativas. El eufemismo es exquisito: convierte la mentira en prudencia y el engaño en madurez política. Las promesas, ahora lo sabemos, no eran compromisos, sino ejercicios de oratoria emocional dirigidos a un público al que jamás se le pensó rendir cuentas.