Dentro de la concepción geopolítica de Planalto e Itamaraty, la participación de Venezuela en los Brics desplazaría demasiado el eje geopolítico de la región y del bloque hacia la multipolaridad, por el fortalecimiento de los nexos con Rusia y China. Esto debilitaría el enfoque de Lula y Amorim en cuanto a preservar los lazos estratégicos de Brasil con Washington y Bruselas, al mismo tiempo que resguarda los vínculos económicos con los Brics.