En los difíciles años del hambre, en los pueblos de Asturias, las familias numerosas, conscientes de que no podrían sacarlos adelante, solían enviar a sus vástagos a casas de familiares o vecinos en las que, desde muy pequeños, eran obligados a trabajar como si fuesen personas adultas.
El golpe de estado del general Franco, y la posterior Guerra de España, (además de todo lo que trajo consigo, de muerte, cárcel, exilio… de padres y madres), convirtió a aquellos menores, prácticamente, en esclavos.