Injustamente acusado y condenado por un crimen que no cometí, he sido sentenciado en un juicio engendrado artificialmente, veinte años después de sucedidos los hechos. Un proceso judicial que se inició fruto de una maquinación descabellada que tiene su origen en una declaración extrajudicial pactada.

De esta manera a través de una declaración extrajudicial, se me involucra de manera mentirosa y calumniosa en el homicidio de Jaime Guzmán, constituyéndose en la fuente y la causa principal de la arbitraria persecución judicial de que he sido víctima por los últimos cuatro años.