[…] numerosas producciones […] se interrogan acerca del modo en que la comunicación –en términos de tecnologías y estrategias- afecta a la política en términos de actividad institucionalizada. Así proliferan los estudios que culpan a medios y tecnologías del deterioro de la política convertida en espectáculo o entretenimiento o, en las antípodas, los que auguran avances democratizadores y participativos gracias a las redes y la interactividad.