Otras transformaciones sociales tras la pandemia
El hambre experimentada por gran parte de la población nacional y la espectacular respuesta de las organizaciones poblacionales a través de la solidaridad y la cooperación, bajo el lema ‘Sólo el pueblo ayuda al pueblo’, muestran formas inequívocas de un nuevo trato que necesariamente ha de considerarse en toda reforma que se plantee”Entre esas formas nuevas de trato ha de considerarse una forma de relación humana que había sido proscrita durante todos estos años de democracia post dictatorial: la participación. Participación de los trabajadores en el manejo de las empresas, participación de la comunidad en las organizaciones estatales, participación creciente de los afiliados en la dirección de las organizaciones a las que pertenece, en suma, activa y presente participación ciudadana en la vida social, política y económica de la nación.
Cambios posibles en la economía tras la pandemia
El hambre experimentada por gran parte de la población nacional y la espectacular respuesta de las organizaciones poblacionales a través de la solidaridad y la cooperación, bajo el lema ‘Sólo el pueblo ayuda al pueblo’, muestran formas inequívocas de un nuevo trato que necesariamente ha de considerarse en toda reforma que se plantee”. Entre esas formas nuevas de trato ha de considerarse una forma de relación humana que había sido proscrita durante todos estos años de democracia post dictatorial: la participación
Cambios posibles en la economía tras la pandemia
INTRODUCCIÓN Una de las afirmaciones que más frecuentemente se escucha en estos meses de pandemia es aquella según la cual, superada la crisis, la sociedad no será ya la…
Una estrategia jurídica más allá de las fronteras
El presidente, en consecuencia, no tiene el apoyo de su propia coalición. Hace tiempo que perdió el de Renovación Nacional; hoy pierde a La UDI. Con el agravante que muchos de sus propios partidarios nada quieren saber de él. Es conocido el caso del alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, ex militante de la UDI, quien hace poco, en una actitud despectiva, sacó el cuadro del presidente Piñera que tenía en su despacho, reemplazándolo por uno del ex alcalde Patricio Mekis. Al ser consultado por uno de sus subordinados qué haría con el cuadro le dijo simplemente: “Déjalo por allá, en cualquier oficina”
¿Error político, homicidio involuntario o… genocidio?
¿Tiene el Ejecutivo, en determinados casos (como en el caso de pandemia), potestad constitucional para establecer la eutanasia como forma de muerte para quienes no puedan ser atendidos por los servicios? ¿Puede aplicarse la pena de muerte a miles de personas, por vía administrativa, a quienes se les priva de atención médica por defender una política interesada de las autoridades gubernamentales? ¿Son, tanto el Gobierno como todos sus colaboradores, responsables de la muerte de quienes fueron contagiados por el virus Corona y no pudieron ser atendidos?
Un régimen carcelario abiertamente ilegal
Las condiciones infrahumanas de las cárceles chilenas no sólo han sido sino son ampliamente conocidas. Lo sabe el Parlamento, la administración del Estado y el Poder Judicial que, por definición y naturaleza, y sin detenerse a cavilar acerca de los alcances de sus resoluciones, envía periódicamente a los condenados a vivir en ese infierno terrenal. Y no lo saben sólo porque se han informado sobre el particular, sino por ser, precisamente, ellos quienes han provocado tal situación, artífices y realizadores de una tragedia cuyas consecuencias aún se desconocen.
Hambre
Es el hambre que existía ya, desde antes del estallido social de 18 de octubre de 2019 y de la pandemia, invisible, en el Paseo Ahumada (y otros lugares del Gran Santiago), cuando los restaurantes y fuentes de soda, antes del cierre, botaban las sobras en los contenedores municipales para que una turba de pobres hambrientos se abalanzara, noche a noche, en busca de alimentos. Es el hambre que revienta hoy, a gritos, en la comuna de El Bosque y en otros barrios de la capital. El hambre que existía en tiempo de Pinochet.
Desarrollando la estrategia del gobierno. Rearticulación de las fuerzas oficialistas
Las fracciones de la clase de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo (industriales, comerciantes y banqueros) no podrían ser dominantes si actuasen separadas unas de otras; por eso se agrupan en torno a un Bloque en el Poder que les permite dirigir al conjunto social. Dentro de ese Bloque disputan entre sí la hegemonía, es decir, cuál de sus intereses se impondrá sobre los otros para ejercer el control social.
El desarrollo de la estrategia del gobierno: Los supuestos previos
“[…] el objetivo del sector hegemónico del Bloque en el Poder no es sino el restablecimiento de las condiciones que existían hasta antes del 18 de octubre de 2019 a fin de seguir extrayendo el plusvalor de las clases dominadas en la forma que lo había hecho hasta ese momento. Para conseguir su objetivo necesita recobrar el ‘liderazgo’ de Piñera, lo que implica diseñar una estrategia en torno a recuperar, consecuentemente, la confianza de la comunidad nacional en el mandatario y la subordinación de todo el espectro político a su conducción. En palabras más simples, se trata de tomar el control de la nación para poder determinar, más tarde, las tareas a realizar”
La revolución (chilena) de octubre. Sus causas
Es posible que Chile sea la primera nación del orbe en adquirir el carácter de revolución en ciernes, algo que debería comenzar a suceder (si es que no está ya sucediendo) en otras formaciones sociales del planeta. Lo cierto es que no es casualidad esa frase que aparece, repetida, en muchos de los rayados del gran Santiago: ‘El neoliberalismo nació y murió en Chile”. Tiene rasgos peculiares, como lo señala Manuel Castells en la conferencia que diera el pasado sábado 09 de noviembre en la ciudad de Valparaíso pues: “Hay una crisis de legitimidad política en el sentido de que la mayoría de los ciudadanos del mundo no confían ni en los partidos políticos ni en los gobiernos ni en las instituciones financieras ni en los medios de comunicación. Y tampoco en instituciones que tenían una cierta autoridad moral, como la Iglesia Católica[]”