A este paso, asistiremos pronto al nacimiento de la primera república bananera de Francia. Sus restos serán devorados, como hizo la serpiente con los polluelos de Lahdaia (Hembra del Alimoche), por sus nuevos compañeros de viaje (gusanos oportunistas) que quieren subir al tren de la intervención extranjera en el Sahara Occidental. Pueden estar seguros que les costará caro.