José Piñera: “Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable” (Voltaire)
La mejor manera de entender la mentalidad de José Piñera Echeñique, es recurrir al retrato de un fanático, que siempre tiene éxito en los regímenes tiránicos. Sin Adolfo Hitler, Joseph Goebbels hubiera sido un vendedor ambulante en el centro de Berlín; sin A. Pinochet, José Piñera hubiera sido el mayorazgo del matrimonio de don Pepe Piñera con la Pichi Echeñique, es decir un caballero reaccionario y fanático lector del El Mercurio en su página editorial y cuerpo dedicado a los negocios, como lo hace diariamente la mayoría de la “gente bien” chilena.
La legitimidad de las AFP: entre el pecado original y la culpa
En esta columna, Benjamín Sáez, investigador de la Fundación Sol, analiza cómo la lógica de las AFP traslada la culpa de sus falencias a los trabajadores: son ellos quienes cotizan poco o tienen lagunas, y quienes podrían aumentar sus pensiones si retrasaran su jubilación o siguieran trabajando después de jubilar.
José Piñera, nada más peligroso que un fanático con el poder total
José Piñera no es un cómplice pasivo de la dictadura, encabezada por Augusto Pinochet, sino activo, y muy activo: impuso, por medio de tanques, metralletas y bayonetas el monstruoso sistema de las AFPs en Chile, y que hoy difunde por el mundo, inspirado en la peculiar verba de fanático. Afortunadamente, ninguno ha caído en instaurar tan funesto sistema, aun cuando ha hecho algún daño en los países de América Latina, que lo han adoptado parcialmente.
Con la AFP estatal los pensionados seguirán en la pobreza
La AFP estatal no es ninguna solución para el grave problema de las bajas pensiones que, en el caso chileno, alcanzan un promedio de $185.000 mensuales, es decir, suma más baja el equivalente al sueldo mínimo. En nuestro país, llegar a viejo significa estar condenado a la miseria y, si agregamos cualquier enfermedad – es lógico en esta etapa de la vida – el “hambre” crónica se convierte en catástrofe.