La empresa fantasma de la que el Presidente dice no tener nada que ver pero que lleva implícito el nombre de sus tres hijas fue en primera instancia creada con el fin de recibir dineros que por medio del «empresario» y a la vez su testaferro Xavier Macías Carmignani se recaudaban producto de coimas que determinadas empresas como la china SINOHYDRO y la panameña RECORSA, pagaban por el lobby efectuado en las adjudicaciones de determinadas concesiones con el estado. En uno solo de esos movimientos se pagaron ni más ni menos que 18 millones de dólares.