La plasmación del llamado ‘modelo polaco’, involutivo y autorreferencial, que Juan Pablo II exportó a todo el orbe católico
Levantada en lo alto para escarnio del mundo, la jerarquía de la Iglesia chilena pena las consecuencias de un sistema clerical caciquil, implantado en los años 80 desde Roma y activado en Chile por el entonces Nuncio, Angelo Sodano. La plasmación del llamado ‘modelo polaco’, involutivo y autorreferencial, que Juan Pablo II exportó a todo el orbe católico. El objetivo: pasar de una Iglesia profética y comprometida con el pueblo a otra centrada en la doctrina y aliada de Pinochet. Para conseguirlo, había que cambiar el perfil y el rostro del episcopado chileno, apartando a los obispos de la época del cardenal Silva Henríquez, y sustituirlos por otros sumisos, dóciles, grises y seguros doctrinalmente.