Carlos Peña parece ofuscado, alguien acaba de desordenarle el escritorio y ahora le cuesta leer. Una cosa es el financiamiento ilegal de la política, otra muy distinta la violencia de las protestas callejeras, ésta no debe tolerarse y debe ser tratada como mera delincuencia, no es la “violencia instauradora de derecho” (Benjamin) por más que haya generado las condiciones del proceso constituyente en que nos encontramos.