En los años setenta, en plena guerra fría, cuando proliferaron las dictaduras militares en Latinoamérica, apoyadas y promovidas por los Estados Unidos, este país creó una serie de escuelas de torturas, en Uruguay, Brasil, así como la célebre Escuela de las Américas en Panamá, etc. Hoy, cerca de treinta años después, perdura la influencia de esta mano delictiva en Guantánamo.